Origen del nombre
Los vinos accidentales reciben ese nombre por la forma en que fue descubierta su elaboración, accidental. El vino quedaba enterrado o bien sumergido sin ninguna pretensión, pero los resultados eran excelentes. Desde Viña Alondra hemos decidido recuperarlos intentando ser lo mas fieles posible a su origen.
Partiendo siempre de recuperar las formas tradicionales y artesanales de elaboración y crianza de vinos, y cuidando al máximo el medio ambiente, decidimos poner en marcha este Proyecto.
Con los Vinos Accidentales queríamos también poner en valor la Crianza Reductiva del vino, es decir la crianza que lleva a cabo en la botella, tras su crianza en barrica.
Viña Alondra Crianza Especial Enterrado
Vino de la variedad Tinta Fina o Tempranillo y con una Crianza de 12 meses en barrica de roble francés.
La Crianza Reductiva de este vino se realizó durante 187 días enterrado a una profundidad de 4 metros, bajo la viña que le vio nacer, con la temperatura, humedad, presión, oscuridad y silencio óptimos.
Queríamos recordar los vinos que quedaban enterrados en las bodegas al derrumbarse alguna parte de ellas, estas botellas, al ser recuperadas habían evolucionado de otra forma debido a que la temperatura era más uniforme, la oscuridad, el silencio, la presión…
Viña Alondra Crianza Especial Sumergido
Al igual que el anterior vino partimos de vino de la variedad Tinta Fina o Tempranillo y con una Crianza de 12 meses en barrica de roble francés.
En este caso queríamos recordar aquellos vinos de los que siempre nos hablaban nuestros padres y abuelos. Ellos metían las botellas de vino en los pozos para que estuvieran frescas, en épocas de calor, mientras se hacían labores en el campo, pero “tanto fue el cántaro a la fuente…” que a lo largo del verano quedaban en el fondo del pozo alguna que otra botella, como al día siguiente se volvía con otra, quedaban en el olvido hasta que al año siguiente cuando se iba a comenzar la época de riego, se agotaba el pozo, se bajaba para limpiar los manantiales, y entonces ocurría el milagro… Al catar las botellas que se recuperaban el resultado era que el vino estaba muy bueno y “asentado”.
El 20 de Noviembre de 2016 Viña Alondra sumergió en el Embalse de “Las Cogotas” (Ávila) 250 botellas de Crianza donde han permanecido durante 10 meses bajo el agua, a profundidad de 20 metros, y a una altitud de 1040 metros sobre el nivel del mar, la temperatura es excelente y constante, la oscuridad total, el silencio intenso, la presión, la humedad…
La operativa para sumergir y emerger las botellas, colocadas en jaulas elaboradas artesanalmente y en forma de botellero, se realizó con ayuda de buzos profesionales. Durante la dura tarea de la inmersión, estos profesionales tuvieron que manejar dificultades añadidas como la casi nula visibilidad y la baja temperatura del agua.
La inmersión del vino en el embalse es un proceso totalmente inocuo y sostenible, además de NOVEDOSO y ÚNICO en el Mundo en aguas dulces.
En definitiva, en Bodegas Viña Alondra nos sentimos orgullosos de nuestro vinos accidentales por ser emblema de tradición e innovación.
Por: Enrique Castelló